Puro Caos Foro de la hermandad Puro Caos de WoW |
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+3Kancer91 Criptbleis whiteraven 7 participantes | Autor | Mensaje |
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whiteraven
Cantidad de envíos : 75 Edad : 37 Nacionalidad : españa Pj principal en la Guild : Balthier Otros pjs en la Guild : ninguno por ahora Fecha de inscripción : 11/07/2008
| Tema: Historias personales Sáb Ago 30, 2008 4:02 pm | |
| Bienvenidos al apartado de historias personales , aqui podreis colgar la historia de vuestro personaje siempre desde un enfoque rolero y teniendo en cuenta el pj que llevais en el juego .
Personajes que postearon su historia :
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| | | Criptbleis Admin
Cantidad de envíos : 257 Edad : 40 Nacionalidad : Español Pj principal en la Guild : Dralina Otros pjs en la Guild : Punkarra Fecha de inscripción : 04/05/2008
Hoja de personaje Raza: Vampiro Clase: Guerrero Nivel: 1
| Tema: Re: Historias personales Sáb Ago 30, 2008 9:00 pm | |
| Oigo voces, las oigo desde que era niña, pero no tan fuertes, antes solo eran un murmullo constante en mi cabeza que me ayudaba a dormir, ahora son gritos estridentes y dolorosos con la furia del mar o susurros de voces calidas como una hoguera en invierno, dicen ser las Fuerzas del Caos, unos dioses olvidados que quieren volver a Azeroth, y que… ¡¡¡Me ayudaran en mi venganza!!! Ah, si. Mi venganza…. Veras yo no he sido una no muerta siempre, los no muertos no se reproducen así y por lo tanto no nacen así, yo tuve padres humanos, aunque sospecho que mi padre tenia algo de gnomo quizás un tatarabuelo, es posible que ese tal Save Criptbleis del que tanto hablaba mi padre, Sturn Criptbleis, lo fuera. Por lo visto Save fue uno de los mejores picaros y asesinos de la historia y su estirpe fue temida en toda Azeroth, pero cuando yo nací, mi linaje estaba olvidado. Las fuerzas del orden de Ventormenta habían exterminado a toda la familia, solo mi padre quedaba, y se veía obligado a robar comida en aldeas alejadas de la civilización para no llamar la atención. Fue de esta forma como conocio a mi madre, que por aquel entonces era una chiquilla huida de casa por motivos que desconozco, ella no venia de una familia de ladrones, los suyos eran curtidores de cuero. Mi padre me enseño a ser una buena picara, y mi madre, Susana Tormenta, me enseño a desollar animales y hacer armaduras con el cuero. Pero un día cogieron a mi padre… ¡¡Y lo ahorcaron!! ¡¡Malditos guardias de Ventormenta, y maldito sea su rey!! Mi madre se vio obligada a pasar todo el día en el bosque para conseguir carne para comer y cuero para venderlo y pode pagar un sitio donde dormir en invierno. Pero un oso acabo con su vida… No me quedaba nadie, ¡¡¡y todo por culpa del maldito rey y sus guardias!!! Ese día hice un juramento, mataría al rey de Ventormenta aunque fuera lo último que hiciera. Si ya, se lo que piensas, mi padre era un ladrón y se lo merecía, puede ser, pero ellos me lo robaron a mi… ¡¡¡y haré con ellos una gran pira y la columna de humo oscurecerá al sol!!! ¿Piensas que estoy loca? Es muy posible, te acabo de decir que oigo voces…. Bueno sigamos con mi historia. Puse en practica todos los conocimientos que me enseño mi padre, y robe, y asesiné, aunque eso ultimo lo aprendí sola, me confeccionaba mis armaduras y pronto fui temida y aborrecida por donde pasaba, robaba y asesinaba sin hacer distinción alguna, hombre o mujer, niño o adulto, elfo o enano o humano, la furia se apoderaba de mi… hasta que llegue a Ventormenta. Una vez allí pude enfocar mi odio sobre una única persona, el rey, y cuando planeaba el asalto al palacio, ocurrió lo peor, estallo una guerra, las fuerzas de la Alianza y de la Horda marchaban juntas al combate a expulsar a los invasores a Terrayende. Seguí al ejército, buscando una oportunidad para clavarle la daga al rey en la espalda. Pero no era fácil encontrar al rey solo, siempre estaba rodeado de la guardia personal y de soldados por todos lados. Y por si las cosas no podían ir peor, ¡¡la enfermedad asolo Azeroth!! La plaga acabo con gran parte de los soldados pero, también me mató a mí. Nunca sentirás mayor dolor que el de volver a la vida. Renací o resucite o como lo quieras llamar en una pequeña aldea de no muertos, habia perdido mis facultades, ni siquiera era capaz de desollar correctamente a un animal, tuve que aprenderlo todo de nuevo a desollar, a confeccionar armaduras, a robar…. y a matar… Solo los recuerdos de mi vida pasada permanecieron intactos. Y las voces cambiaron, del murmullo que me ayudaba a conciliar el sueño a las imperiosas voces de los dioses olvidados… llegamos a un acuerdo, ellos me ayudaban a cumplir mi venganza y yo les ayudaba a volver…. Y para cumplir mi venganza necesito 2 cosas, ser letal y amigos… Al tiempo me entere de que mi objetivo habia muerto en la guerra, y que el trono de Ventormenta estaba ocupado por un niño, pero como ya te dije antes, ¡¡no hago distinciones!! Ahora, como parte de la Horda que soy y forjador de la hermandad Puro Caos, ¡¡declaro la guerra a Ventormenta y a sus aliados!! Asi que, unete a mi.... ¡¡o aparta de mi camino!!
PD: Faltan un monton de tildes, es un poco corta y puede que simple pero ya la ire ampliando si whiteraven me deja. ( NO ; NO TE DEJO !! , claro que si ) PD2: Espero que os guste!! PD3: Mi madre es la chica invisible de los 4 fantasticos.
Última edición por Dralina el Dom Sep 07, 2008 1:02 am, editado 1 vez | |
| | | whiteraven
Cantidad de envíos : 75 Edad : 37 Nacionalidad : españa Pj principal en la Guild : Balthier Otros pjs en la Guild : ninguno por ahora Fecha de inscripción : 11/07/2008
| Tema: Re: Historias personales Sáb Ago 30, 2008 10:05 pm | |
| Primera parte : ruptura
- es la ultima vez que hago esto , ya he saldado mi deuda con vosotros
- jajaja el jefe aun no se da por satisfecho tu baja de la hermandad fue una gran perdida
- me fui para ser libre...
- y te encontramos , no te obligamos a volver , pero nos debes aun unos favores a cambio de tu libertad blackhorn
- no me llames asi , deje ese nombre junto a mi pasado , ahora soy balthier
- Eso da igual , escucha atentamente , Lord VanCleef esta conforme con la informacion que recibio sobre las hermandades de la horda pero se pregunta porque no incluistes nada sobre "puro caos " en el informe
- yo...
- nos da igual que sea como tu familia , las ordenes quedaron suficientemente claras , queremos informacion sobre todas las hermandades de la horda o te aseguro que mataremos a todas aquellas personas que son importantes para ti
El humano encapuchado se dio media vuelta y se dispuso a desaparecer del derruido edificio pero Balthier le paro agarrandolo fuertemente del hombre
- ¿ que crees que estas haciendo?
-he cambiado de idea , no os dare la informacion
-¿c-como? ¿ osas desobedecer a la banda de los hermanos defias? si lo haces ma...
el encapuchado no pudo terminar la frase con un rapido movimiento Balthier saco una pequeña daga que llevaba escondida en un pliege de la capa y la deslizo brutalmente por su cuello matando al humano en el acto , el cuerpo sin vida del espia cayo al suelo
Desde las sombras Dralina observaba todo
segunda parte : pasado
La cueva que servia como base para la banda de los hermanos refias estaba situada en un pequeño promotorio la costa de la muerte , solo se podia acceder de dos formas , por mar conociendo la localizacion exacta de la cueva o desde una pequeña aldea de la zona que se encontraba bajo su dominio o mas bien dictadura , pues los aldeanos vivian aterrorizados dia a dia con la posibilidad de ser asesinado por este grupo de terroristas
- Capitan VanCleef , vengo a reportarle el informe de la ultima mision
- Adelante Blackhorn , soy todo oidos
El jefe de la banca se encontraba sentado en un enorme trono de metal en lo mas alto del barco que usaban como base de operaciones , estaba rodeado de militantes que miraban al infinito al rededor de su lider , blackhorn se levanto del suelo donde permanecia arrodillado y comenzo a exponer el informe
- ... introducimos agentes corruptos en el Mi:6 , entre los guardias de Stokade y la ciudad de Vertormenta y entre las guardias de palacio , todos preparados para entrar en accion cuando usted de la orden
( continuare en breve ) | |
| | | Kancer91
Cantidad de envíos : 32 Edad : 33 Nacionalidad : Español Pj principal en la Guild : Kancer Fecha de inscripción : 26/05/2008
| Tema: Re: Historias personales Miér Sep 03, 2008 12:35 pm | |
| Me abandonaron nada más nacer en un rincón de Lunargenta. Allí me adoptó una humilde tauren, que me ofreció cobijo y alimento durante mis primeros doce años. Me dio el nombre de Kancer, pues en ese momento del día, aunque no se pudiera ver debido al Sol, era la constelación que lucía en el cenit en el momento en que me encontró.
Poco después de cumplir los doce años, mi madre adoptiva, dándose cuenta de que no podía mantenerme durante mucho tiempo más con su pobre sueldo de sastre, me dio algo de dinero y comida y me marché de la casa donde me crié.
Intenté buscar trabajo, pero nadie quería a un niño trabajando para él. Fue así como me inicié en las técnicas del hurto. Al poco tiempo, descubrí que tenía ciertos poderes y comencé a utilizarlos para mis fines, con tan mala suerte que se dieron cuenta de mis actos y me mandaron ante un tal Comandante Yleas.
- Siento haber robado. Lo devolveré todo, lo prometo -dije yo, temiendo mirar a los ojos al comandante. - No estás aquí por tus robos. En esta ciudad no está bien vista la Magia Negra, así que márchate o te decapitaremos.
Guardé mis escasas pertenencias en una bolsa y utilicé el transpotador hacia Entrañas, y desde allí cogí el zepelín a Orgrimmar. Uno de los días que vagaba sin rumbo por esa ciudad, un orco se acercó a mí en la Calle Mayor y me invitó a seguirle. Al principio vacilé, pero no tenía nada que perder. Allí me presentó a un instructor de brujos, también orco, que miró de arriba abajo antes de decir:
- Hijo mío, eres una especie en extinción, un tipo de brujo del que ya quedan muy pocos. Eres un Nigromante. Pero ser tan poderoso como puedes llegar a ser, tienes que tener un entrenamiento especial.
Yo asentí con la cabeza, sin saber bien qué añadir. El primer orco me cogió del brazo y me sacó de la ciudad. Unos días después, montamos en una carreta y nos dirigimos al sur.
Dormí tantas veces que no sabía dónde estaba cuando paramos.
- Es aquí.
Nos encontrábamos ante la boca de una oscura cueva. Era de noche y la Luna lucía en lo alto del firmamento. Entramos en la cueva. No sé cuánto anduvimos, sólo sé que cuando llegamos a nuestro destino yo estaba muy cansado. Era una amplia sala iluminada por antorchas, donde descansaba sentado en una especie de trono otro orco, con los ojos vendados.
Lo referente a los siguientes cuatro años de mi vida no es precisamente digno de contar con muchos detalles. El orco de los ojos vendados -Roblat, dijo llamarse- me entrenó e intruyó en las artes de las Sombras y la Demonología. Me enseñó cómo usar la Oscuridad para vencer a mis adversarios y me adiestró en el uso de Demonios, mostrándome las capacidades y limitaciones de cada uno de los que él me enseñó a invocar. Por último, y aunque esto no debería contarlo, inyectó sangre demoníaca en mis venas, se mezcló con la mía, y parte del subconsciente del demonio del que provenía la sangre se convirtió en el mío, de tal manera que una terrible sed de sangre dominó mis sentidos. Tuve que aprender a controlarla y fusionarla con mi sentimiento de pertenencia a la Horda para dar lugar a un grandísimo odio a la Alianza.
Algunos os preguntaréis por qué mezclar mi sangre con sangre de demonio y algunos lo tendréis por evidente: me hice más fuerte, más poderoso y me entendía más con mi demonio invocado.
Mi instrucción terminó poco antes de cumplir los diecisiete. Partí en un viaje hacia ningún sitio, buscando una motivación para utilizar mis poderes. Tras días y días de viaje, llegué a las Tierras Fantasma, y allí me intalé. ¿Por qué? Por una elfa, una sacerdotisa que vivía en el Santuario de la Luna. Me enamoró nada más verla, su pelo, su inocencia y, a la vez, madurez, su serenidad, tranquilidad...
Todos los días iba a verla al Santuario, pero nunca me atrevía a dirigirle la palabra. De hecho, por el camino recogía algunas flores -de las poca que había por esas tieras debido a la dichosa Plaga- para dárselas, pero la vergüenza derrotaba a los sentimientos y yo terminaba dejando las flores en el altar, como si fuera una ofrenda a los Dioses. ¡Debería habérselas dado! ¡Oh, que si debería habérselas dado!
Un día de otoño, cuando me dirigía al Santuario, lo vi completamente destruido. No quedaba nada. Pregunté por Tranquillien, y todos coincidían en lo mismo: la elfa había sido raptada por la Alianza debido a su inmenso poder.
Desde entonces, me entreno y busco amigos de la Horda para acabar con la Alianza y rescatar a la sacerdotisa...
P.D.: Espero que os guste!! ^^ | |
| | | Adjalamita
Cantidad de envíos : 53 Edad : 38 Nacionalidad : Española Pj principal en la Guild : Adjalamita Fecha de inscripción : 05/05/2008
| Tema: Historias Mar Sep 09, 2008 9:37 pm | |
| Jo, despues de ver (weno, leer) vuestras historias... no m atrevo a hacer la mia!!! Es q poneis el listón mu alto, cabritos! voy a necesitar años...XD En fin, he conseguio acabar la historia de Adja (la de Cleo no se si la haré...)
Ahí va: Mi historia comienza en un bonito prado de la Isla Caminante del Sol, cercano a la orilla del mar; yo tenía 6 años y acababa de conocer a alguien muy especial... Me encontraba jugando con mi nueva amiga Zasmira, que me ayudaba a recoger flores para mis clases de alquimia del día siguiente en la Academia Falthrien; cuando mis padres me mandaron a buscar (se me había vuelto a hacer tarde) y… mi hermana, Mashrat, nos encontró. Le supliqué que no se lo contase a nuestra familia (con sus normas y rarezas), todos magos elfos, muy suyos, pero aún así nos delató y lo que ocurrió después nunca lo podré olvidar…
Toda mi familia se escandalizó de mi primera y única amistad verdadera, muy diferente a las que se hacían en nuestra zona: por conveniencia. Todo el pueblo se puso de su parte y Zasmira fue asesinada con una gran bola de fuego en mi presencia (¡¡¡sólo era una niña!!!!). Pasé varios días sin hablar ni comer, sin comprender por qué lo habían hecho (fue el último día que recuerdo haber jugado); hasta que mi hermana no aguantó más mi silencio y ausencia (en ese momento creí que estaba arrepentida): los elfos de Darnassus y los elfos de Lunargenta ya no estaban hermanados: los primeros estaban de parte de la Alianza y nosotros de la Horda… ¿pero, cómo podía ser eso cierto? y sobre todo, ¿qué culpa teníamos unas niñas?.
A partir de ese día deseaba desesperadamente acabar mis estudios de Magia y poder abandonar a mi familia (si es que se la podía llamar así) y sobre todo a Mashrat, la cual desde aquel día era el ojito derecho de mi aldea… no aguantaba tener que hablarles, mirarles a la cara, comer con ellos, asistir a fiestas… siempre estaba estudiando; incluso adelanté algún curso con tal de poder irme de aquel lugar tan odiado. Todos los bosques, prados y playas me recordaban a mi amiga perdida y mi inocencia arrancada...
Con el paso de los años los elfos nos habíamos ido distanciando cada vez más y surgieron dos razas: los Elfos de la Noche unidos a la Alianza y los Elfos de la Sangre, donde me encontraba yo, en la Horda.
Al fin conseguí escapar de esos lugares tan tormentosos para mi memoria y conseguí salir de la isla, llegando a Lunargenta y progresando en mis estudios, los cuales me llevaron a Entrañas.
Por aquel entonces en mi mente y mi corazón se daban la mano sentimientos muy dispares. Por un lado, odiaba a los míos por lo que me hicieron pasar y por lo que le hicieron a esa pobre niña elfa; aunque pensándolo mejor, sólo hacían lo que pensaron mejor para mi bien... Por otro odiaba a los que luchaban en las filas de la Alianza: si esa niña no hubiese llegado a mi isla jugando a teletransportarse con aquel collar de su madre yo no habría sufrido… la culpa la tenía ¡¡¡ella!!!.
Una de esas noches en Entrañas, aún no sé cómo, me uní al Clan Puro Caos, fundado por la no-muerta Dralina. Y dentro de este grupo, con la ayuda de todos sus miembros, mis pensamientos y sentimientos se aclararon: quería venganza. Mataría a mi hermana Mashrat por traidora y luego a la madre de Zasmira por haberse olvidado el collar fuera de su cajita… wuajajajaja… | |
| | | BARRETO
Cantidad de envíos : 49 Edad : 35 Nacionalidad : español Pj principal en la Guild : Barreto Fecha de inscripción : 29/05/2008
| Tema: Re: Historias personales Dom Sep 14, 2008 12:46 am | |
| Barreto, o como sacarse de la manga una historia estúpida. (Peligro, alta probabilidad de tocho aburrido)
- Me da igual lo que tú pienses, a mí me parece más útil controlar el frío, idiota- decía Barreto por décima vez a Akarku ese día. A pesar de la presencia de su compañero de clase, estaba muy a gusto tumbado en un escalón de la ciudad de Lunargenta mirando hacia el cielo. Estaba seguro de que alguna vez su poder pasaría de enfriar el agua de una jarra a congelar toda una habitación y hacerla estallar en pedazos solo con quererlo. Estaba seguro de que sucedería, sí, pero para eso tenía que librarse de la escuela de magos, en donde se limitaban a tonterías con conejitos. Akarku se impacientaba, quería hacer algo pero Barreto no quería moverse de allí, ese era su sitio, ahí pasaba cada día, pensando e imaginando como sería su vida si fuese libre. Sin sus padres, sin sus hermanos, sin las clases… Y ojalá sin Akarku… -¿Te quieres esperar, pesado?- le dijo a su compañero cansado de los ruegos por hacer algo.- Bien, qué hacemos, dime. - Vaya… tengo que irme. ¡Adiós!- le dijo el pequeño Akar antes de salir corriendo hacia su casa. Barreto cerró los ojos y respiró hondo por la nariz. Se volvió a acostar y cerró los ojos. Siguió imaginando su nueva vida como mago cuando se marchara… y acabó por soñar.
Lo despertaron unas ligeras patadas en su espalda. Oyó tras él una tos. Olía mal. ¿Qué hacía un orco en Lunargenta? Se incorporó rápidamente para ver a quien lo había despertado. - Niño, ¿qué coño haces ahí?¿Acaso no tienes casa?- le dijo el desconocido. El tipo vestía con harapos y su pelo grasiento y canoso le tapaba parte de la cara. Peor que su aspecto era su olor, olía a una mezcla horrorosa entre alcohol, sudor y tierra mojada. Barreto se apartó varios escalones por encima del tipo. Miró a su alrededor, no había nadie. - No le conozco, señor. No intente nada porque soy muy poderoso, soy el mago más poderoso del continente- amenazó Barreto intentado creer en lo que decía. - Conozco al mejor mago de ambas mitades del mundo y, amigo, no eres tú. Seguro que te gusta achicharrar conejos cuando sales a las afueras, ¿verdad? Barreto se burló de las palabras del viejo: - No siga hablando, le voy a dar una sorpresa. Apuntó al desconocido con las dos manos y cerró los ojos, al momento comenzó a sentir como el frío recorría todo su cuerpo y se concentraba en las yemas de sus dedos. Disparó un rayo de energía azul. Abrió los ojos para ver el resultado y quedó perplejo. El viejo se rió y luego habló a su espalda: - Explícame cómo pensabas darme con eso mientras tenías los ojos cerrados. Has escogido bien el ataque, es mi conjuro preferido, pero no eres nada bueno apuntando. ¿Cómo había hecho el tipo para salir tan rápido de delante suya? Ahora sí que se estaba asustando, no tenía más remedio que usar su habilidad estrella, reservada para momentos especiales. Barreto dio un grito y echó a correr hacia la esquina que conectaba con la calle principal de Lunargenta, allí tenía que haber guardias. Detrás de él el viejo seguía riendo. Solamente tenía que doblar la esquina y su plan tendría éxito. - Apuesto a que no sabes hacer esto- dijo el viejo mientras Barreto notaba como unos grilletes helados atenazaban sus tobillos y lo hacían caer al suelo. Barreto miró medio aterrado medio excitado como el viejo se acercaba sin remedio. A su alrededor flotaba una cantidad exagerada de fragmentos de escarcha, el viejo se había convertido en una ventisca andante. El viejo lo introdujo en la ventisca pero no sintió ningún frío, luego lo cogió por los pies y lo levantó dejándolo colgado cabeza abajo. - No escuches a los fanfarrones que presumen de convertir en oveja a la gente, eso lo puede hacer bien cualquier mago. Tampoco a quienes luchan usando fuego, no saben hacer nada bien y desperdician su poder. Si alguna vez oyes a alguno de ellos presumir de ser el mejor mago diles que tú has conocido al mejor mago del mundo y que él vestía una armadura de hielo. Por primera vez Barreto miraba bien la cara del viejo. El pelo que le tapaba la cara se había movido con el viento, mostrándola por completo. ¡El viejo no tenía ojos! Barreto se desmayó irremediablemente. - Oh, vaya, le he dado un buen susto- oyó decir al viejo sin ojos antes de perder la conciencia.
Y al recuperarla seguía oyéndolo hablar, esta vez con más gente. - ¡Vamos tío, no seas así! Sabes que aquí acabará siendo un mago del montón si se queda. Eres un cabrón, ¿lo sabías? - Cuida la forma de hablar. La gente de aquí no quiere tener un líder al que un cadáver reanimado insulta. - Oh, perdone, señor importante, cuidado no se le estropee la manicura, déjeme que le sostenga yo la taza. -¡Oh, por favor! No empieces otra vez… - No, no, descuide señor, yo me encargaré de que esté cómodo… -¡Quita! -¡Nunca! Barreto se asustó al oir el ruido de una vajilla rompiéndose. - ¿Ya estás contento? Cada vez que vienes tengo que pedir tazas nuevas. - Cállate, mira, el chaval se ha despertado. ¿Qué hay, pequeño? El viejo, un no muerto, se encontraba sentado en una silla en el extremo de una enorme mesa de conferencias. A su lado estaba un elfo imponente. Era el líder de su ciudad. Barreto bajó rápidamente del diván para hacer una reverencia. - Los tienes bien domesticados- dijo el viejo. El elfo se levantó y se acercó a Barreto. Le puso una mano en el hombro y dijo: - Te hemos traído ropa limpia. Cuando éste te trajo te habías echo pis encima. He mandado avisar a tus padres. Si tú quieres, hoy mismo comenzarás a ser instruido en el uso de la magia, con un profesor de excepción. No podía creérselo. Miró atónito al elfo y luego al viejo, que se rascaba el pie que tenía sobre la mesa. ¿De verdad esa cosa horrenda era capaz de conseguir enseñarle lo que él pretendía aprender? Se dijo a sí mismo que debía de estar soñando en el escalón, hasta entonces solo había imaginado como sería el momento y ahora habia llegado y de una manera insospechada. -Señor…yo…- intentó hablar Barreto. - Si, muy bien. Bien dicho, pequeño. Eres el mejor, tío- dijo el muerto dando palmadas. - Señor, quiero que me lleve con usted, quiero ser el mejor mago controlador del frío. El muerto rió. El señor de Lunargenta llamó a varios sirvientes para que trajeran más tazas de té. Barreto se sentó junto a ellos. - El té es para mariquitas, pero lo bebo por no hacer el feo a mi amigo. Dentro de un rato iremos a por tus cosas, hoy mismo iremos a Entrañas a que te conozcan.
Barreto recordaba alegre cómo inició su camino como mago de frío y llegó a servir a la Horda eliminando a los miembros de la plaga y la Cruzada Escarlata. Aunque nunca podría compararse al que fue su maestro estaba seguro de que sería recordado por su hazaña al destruir todo el monasterio escarlata sin mover un dedo. Era tal su poder que podía invocar a una masa de agua con vida propia para que luchara en su lugar. Piticli era un siervo fiel, azote de cualquier oponente que se le cruzara a Barreto. Hacía tiempo que no veía a su maestro, ahora trabajaban en asuntos distintos, pero pronto se reunirían. Y para hacer el viaje más ameno Lunargenta había enviado un mago para que lo acompañara a las Tierras de la Peste. -En serio, tío. Me tocas los huevos. ¿Acaso no he demostrado que el poder del frío es superior? ¿Qué has hecho de provecho tú?- dijo Barreto a un Akarku ahora mayor. -Pues que sepas que yo formo parte de un clan, no como tú. Por eso me conocen en Entrañas. -Cállate, mira, hemos llegado. Habiendo pasado el campamento no vieron ni una sola muestra de vida (o más bien de no vida) pero ahora tenían delante una ciudad aparentemente abandonada. Según lo que le habían descrito del lugar éste estaba lleno de fantasmas y cadáveres andantes sin mente. No eran un problema, solo tendría que esperar a que aparecieran, tampoco serían para tanto. Para cuando su maestro llegara habría acabado con todos los repelentes seres que frecuentaban el sitio. El problema era que Akarku tenía miedo y no podía adentrarse más en la ciudad. -Mira, mi hermano es ingeniero, como tú. Me dio esta granada antimuertos, tú más o menos entiendes de esto así que le sacarás más provecho que yo- le dijo Akarku ofreciéndole un paquete. -Eres un cagón, luego te presentaré a mi maestro, así sabrás qué es un mago de verdad- le respondió Barreto aceptando el paquete. -Y hazme caso, te aconsejo que si te ves rodeado y en peligro la uses. No tiene ningún fallo, es un aparato increíble. Barreto tomó nota y se colgó del cinto el paquete con el aparato antimuertos. Preparado ya siguió el camino para entrar a la ciudad, mirando cada ventana, cada puerta, vigilando para evitar ataques sorpresa. Memorizaba el camino para no perderse, la ciudad parecía más pequeña desde la entrada. Miró abajo y se fijó en el paquete que colgaba de su cinto, tenía un cordel precioso, tenía que recordar guardarlo si usaba la granada antifantasmas. Llegó a un callejón sin salida y dio media vuelta. Siguió caminando, pensando en la llegada de su maestro y la cara que se le quedaría a Akarku cuando fuera testigo de sus poderes. -Un momento, no recuerdo este sitio. ¿Pero dónde he ido a parar? Ya me he vuelto a perder, coño… Por encima de su voz se oyó el ruido de pasos dentro de la casa que tenía cerca y varios zombis atravesaron la ventana para abalanzarse sobre él. Se apartó de ellos congelándolos hasta la cintura y con una sonrisa brillante llamó a Piticli, quien acabó con los zombis mientras su amo bebía agua. - Da lo mismo Piticli, ya encontraremos el camino. No hay nada que temer. Oh, sí, somos los mejores. Hablando con Piticli no se percató de que no hacía sino dar vueltas. Sí notó la gran cantidad de gemidos provenientes de las calles cercanas. Corrió a asomarse a una y por poco aguantó morir de miedo. Una increíble legión de zombis se acercaba hacia él desde todas direcciones. Era muy fuerte pero aun así no podría con todos ellos, tenía que usar su as en la manga, su técnica secreta. Barreto echó a correr dando gritos. En momentos de necesidad el karma sonreía a Barreto y gracias a eso encontró el camino hacia la posición de Akarku mientras los cadáveres le pisaban los talones, no había suficiente hielo para tantos pies pero podía ver a su compañero a lo lejos. Haciendo señas con la mano gritó: -¡Ayúdame, maldito, que me van a pillar! Pero Akar, nada más verlo acercándose echó a correr alejándose de Barreto. -¡Cabronazo!¡Esta me la pagas, cobarde! Los muertos no tardaron en rodearlo. Ya que no había servido correr y Akarku lo había abandonado tendría que usar el invento antimuertos del hermano de Akar. Desató el cordelito y se lo guardó en el bolsillo. El aparato no se diferenciaba de una granada corriente, pero había dicho que era antimuertos. Siguiendo el consejo de Akarku quitó la anilla y la lanzó contra los cuerpos de los zombis. Una luz lo cegó y justo después una explosión lo envió varios metros hacia atrás, haciéndolo atravesar la ventana de la posada. Le dolían las piernas y la boca le sabía a sangre. Cuando el humo se dispersó pudo ver que no quedaba ni un zombi en pie a través del hueco que había dejado en la ventana. Se había hecho mucho daño pero al menos no había sido devorado por los monstruos, ya arreglaría cuentas con Akarku. Ahora, contaría hasta tres y se marcharía cojeando o arrastrando hasta el campamento, ya vería a su maestro más tarde, total, ya había terminado él con todos los monstruos. -Vamos allá- se preparó en voz alta Barreto.-Una, dos y tres. El tejado de la posada se vino abajo, junto con los otros dos pisos, y Barreto fue sepultado por los escombros.
-Y con este ya tenemos el último trozo cosido. Ahora llamemos un psicológo. No, padre, no creo que le haga mucha gracia encontrarlo aquí. Era una voz de mujer desconocida. ¿No estaba muerto?¿Quién lo había desenterrado? - Eso le pasa por ser tan descuidado, no es tu culpa Akarku, tranquilo. Esa voz sí la conocía. ¡Era su maestro! Se levantó de un salto de la cama. Estaba en un sótano muy oscuro y aparecer lo habían tenido acostado en una mesa cerca de artilugios extraños, líquidos e instrumentos de costura. Lo rodeaban unas cuantas personas que no conocía, de todas las razas componentes de la Horda. Pero a él solo le interesaban dos personas, las cuales estaban al fondo de la sala: su maestro y… -¡Akar, voy a matarte bastardillo!¡Reviéntalo Piticli! Piticli no apareció, no concentró la magia suficiente al parecer. En su lugar Akarku fue rodeado por un aura brillante. Su maestro rió. -¿Qué cojones pasa? ¡Mis manos, me falta un dedo!¡Oh dios mío!- Barreto estaba a punto de caer de nuevo inconsciente. -Oh, lo siento, pensé que habíamos terminado, ahora te lo coloco- se dirigió hacia él una no muerta con una aguja. Mientras Barreto dejaba que le cosieran el dedo nuevamente su maestro le contó lo que pasaba: -Te traje aquí después de recogerte de debajo de los restos de una casa. Por suerte soy amigo de Dralina y del padre y te hemos traído a su cuartel general para que te salvasen. No lo lograron del todo, hubo que hacer un ligero cambio… Ya te darás cuenta… En fin, mi pequeño discípulo, espero verte pronto, aunque ahora tengas como maestro al padre Oswyn. Y con un gesto rápido su maestro desapareció. Entonces habló Dralina: -Bien, ahora perteneces a nuestro clan, Akarku nos dijo que no pertenecías a ninguno y además nosotros te cuidaremos, tu no te preocupes. Ya te acostumbrarás a ser un no muerto como yo. -¿Qué? - Un no muerto sacerdote, sí. - ¿Qué? La cabeza de Barreto iba a explotar. ¿Había perdido la vida y sus poderes? ¿Cómo que sacerdote? -Fue la condición que puso el padre para traerte de vuelta sin tener que hacer un destrozo con tu cuerpo, que ya venía estropeado de por sí. Ahora eres su aprendiz. Barreto se acostó de lado en la mesa y comenzó a chuparse el dedo. Intentó llorar pero no podría a partir de ahora. El resto de miembros del clan se marchó del sótano. Solamente Dralina se quedó allí. -Venga, anda, vamos. Te voy a presentar a los miembros de la iglesia de El Sepulcro, ellos te dirán qué tienes que hacer ahora. Ya verás como te acabas acostumbrando, además podrás seguir ayudando a matar zombis, que parece que te gusta...- Dralina echó a reír mientras Barreto se bajaba de la mesa. -Que sepas- dijo Barreto- que ahora las bromitas me sientan como una patada en las pelotas... Un momento... Dralina se habría sonrojado de haber podido al ver lo que hacía Barreto, quien con los ojos como platos se miraba dentro del pantalón. -¡No…tengo…pene!
Última edición por BARRETO el Vie Oct 03, 2008 4:12 am, editado 2 veces | |
| | | manurojas
Cantidad de envíos : 19 Edad : 32 Nacionalidad : Española Pj principal en la Guild : Gowlzar Fecha de inscripción : 17/08/2008
| Tema: Re: Historias personales Dom Sep 14, 2008 2:49 am | |
| Barreto, ma encantao tu historia, me e jartao de reir, si hicieras un libro me lo compraba xD | |
| | | Turk
Cantidad de envíos : 9 Edad : 35 Nacionalidad : Española Pj principal en la Guild : Turk Fecha de inscripción : 26/07/2008
| Tema: Turk Story Dom Sep 14, 2008 6:07 am | |
| - Turk, tu padre ha muerto. – La primera noticia de la mañana, el día no prometía ser de los mejores de mi vida.
- ¿Lo han matado ellos?, a los que hacéis llamar “ALIANZA” o ¿la tribu de Troll que se esconde en la Vega de Tuercespina? – pregunté con ansia. Parecía no preocuparme la muerte de mi padre, hacía tiempo que andaba buscando una excusa para escaparme de casa y empezar mi aventura en el mundo y ¿Cómo no? Trabajar para la gran “HORDA”.
Mi padre siempre me hablaba de los brutos orcos, de los siniestros no-muertos, de la inteligencia de los elfos y de las grandiosas transformaciones que hacían algunos Tauren en animales, pero nunca había visto alguno de ellos, mi ciudad la Lanza Negra muy respetada entre la “HORDA”, pero también la más pequeña no había ninguna de esas razas, aunque en ocasiones se rumoreara que se veía alguno pasar para ayudarnos en conflictos.
- No lo sabemos Turk, no es una muerte muy común y pudo ser tanto la “ALIANZA” o algún Troll en venganza.
No era justo la respuesta que quería oír, pero me valía como excusa para intentar escabullirme por fin de los brazos de mi madre. Cuando informe a mi madre de mi marcha en busca de alguna pista de asesino de padre, se puso nerviosa e incluso se puso a llorar.
- Pero Turk, si te vas tú y te … te …. Pa … - no podría terminar la frase, entre lágrimas se me abalanzó y me suplicaba que me quedará, la cogí por los hombros y mirándola fijamente a los ojos le dije.
- Madre, tranquila, nunca me pillarán, además soy el más rápido y ágil de todo el poblado, incluso puedo ocultarme con más facilidad que ninguno y padre me enseñó a manejar la daga, necesito salir, y nada me lo impedirá, mi primera parada será Orgrimmar, padre me hablo de ella, es una de las ciudades más grandes e importante de toda la “HORDA”, te mantendré informada de todo y te mandaré dinero por si te hiciera falta.
- Parece que tengo esta batalla perdida, solo te pido que te cuides y no te metas en ningún lio, que aunque no te haya dicho nada no significa que no sepa que tiene la mano muy larga, los orcos no serán tan compasivo como aquí. – Y cuando termino de decir esto le salió una sonrisa y yo la acompañe con otra. Al día siguiente salí a primera hora de la mañana hacía Orgrimmar, intente pedir una montura pero se rieron de mi cuando le propuse tal cosa, así que emprendí mi camino hacía Orgrimmar, el camino se me hacia eterno, ya que no podía ir por el camino principal, tuve que atravesar los campos y vérmelas con todo tipo de criaturas, hasta llegar a lo que yo creía Orgrimmar, en la entrada había una especie de trolles, pero un poco más bajos, pero mucho más fuerte, eran como 4 trolles juntos, también me fije que su piel no era azulado, sino de un color verde moco y no tenían colmillos, no podían ser trolles, entonces son …….
- ¡EH tú! ¡si tú! El de colmillos que haces ahí escondido. – dijo con una voz ronca ese ser.
Pero como es posible que me haya visto, y esa voz, claro esto tienen que ser los famosos orcos, mejor ser amigable y no buscarse líos tan prontos.
- Buenas, iba de camino a Orgrimmar pero parece que ya he llegado o ¿me equivoco?
De repente el orco suelta una gran carcajada y le dice a su compañero.
- Mira lo que dice el colmillitos – decía entre carcajadas – que si ya ha llegado a orgrimmar.
A lo que el compañero le responde con una sonora carcajada que perfectamente era audible a un radio de un kilometro.
- Entonces si esto no es Orgrimmar ¿Dónde me encuentro? – habiendo deducido por las carcajadas que aun no me encontraba en Orgrimmar, quería saber a donde había llegado y si me había desviado mucho.
- Te encuentras en Cerrotajo, un campamento en donde poder descansar de un largo viaje, Orgrimmar se encuentra más al norte, pero ya esta anocheciendo y te aconsejo colmillitos que pares a descansar aquí aunque tengas que dormir en la calle, es un largo camino llenos de peligros y no solo por las bestias, se comenta que hay “ALIANZAS” deambulando por estas zonas.
- Ok, muchas gracias por la información. –Cuando entraba oí como el compañero le decía al otro. – Ojala que esos rumores sean ciertos y le den por venir por aquí verían lo que es bueno. – Y volvieron a soltar una sonora carcajada y esta vez aún más.
Me busqué un pequeño sitio entre los árboles para poder pasar aquella noche, parecía que el día había acabado bien, había conocido a alguien de otra raza por primera vez y que nada podía ir a mal, con estos pensamientos empezó a dormirse.
Cuando parecía que solo llevaba 10 minutos durmiendo unos gritos ahogaron el silencio de la noche, desperté y me arme rápidamente, sigilosamente me asome a ver que había pasado, y de repente un grupo de seres que ninguna antes había visto ni oído estaban atacando la aldea, el padre nunca le había hablado de cómo eran los “ALIANZAS” por lo que no sabía que decir de aquellos seres, pero si entre ellos se encontraba el asesino de su padre lo encontraría y lo mataría. Salí al campo de batalla en busca de alguno inusual, pero todos parecía ser el asesino, de repente un ser de su altura se abalanzó sobre él con un gran estoque, pero antes de que me diera uno de los guardas de esa tarde salió en su ayuda y de un hachazo lo partió en dos, atravesando toda su armadura, entonces era verdad la leyenda de los orcos y de su gran fuerza.
- Colmillitos que haces aquí, huy…. – pero no puedo terminar la frase un ser más pequeño que el anterior, bueno pequeño era quedarse corto, no levantaba más de un palmo del suelo, pero saltó lo suficiente para clavarle la daga en un sitio clave al gran orco, instintivamente salte con mi daga hacia él, pero me esquivo con mucha facilidad y se proponía hacerme lo mismo que al gran orco, parecía mi fin, aquella diminuta cosa no parecía tener compasión y se disponía terminar conmigo, pero de repente como si un volcán estuviera a punto de explotar, el gran orco soltó un grito que aquel pequeño ser tuvo que parar el ataque y mirar al orco, a la mole verde le había salido como fuego de los puños y se disponía a machacar al mosquito aquel, pero era más rápido pero no lo suficiente como para contraatacar y de repente como si nunca hubiese estado ahí, el diminuto ser había desaparecido, el orco ceso los ataques y no parecía sorprendido de lo sucedido, se puso en guardia en busca del pequeño, y yo me dispuse ayudar en su busca y cuando parecía que no lo iba a ver, de repente por la puerta que había llegado me parecía ver como escapaba por ahí.
Me dispuse a correr tras él pues se dirigía a mi pueblo, cuando llegue a la puerta vi como escapaba ya visible a mis ojos, me dispuse alcanzarlo pero era mucho más veloz que yo, pero tenía que llegar a mi ciudad antes que él, no pare de correr en toda la noche, cuando los primeros rayos de sol asomaban el horizonte, vi las primeras casas, cuando llegue, había una gran aglomeración de personas en medio del pueblo, cuando me vieron no pude evitar ver tristeza en sus ojos. Me explicaron los sucedido, aquel ser pertenecía a la “ALIANZA” y era llamado entre los suyo “gnomo”, los seres más pequeños visto, había llegado y empezó a cundir el pánico entre los habitantes hasta que lo capturaron, pero cobrándose la vida de 3 de ellos y entre esas vidas se encontraba la de su madre, le llevaron ante el prisionero aun vivo, también le contaron que pudo ser él quien lo mato, ya que es especialistas en veneno y la muerte del padre era desconocida pero pudo ser a causa de un veneno, entre tanta información y ver aquel ser tan tranquilo en la jaula, saque la daga que me había regalado mi padre y con la fuerza que había sacado de mi madre me abalance contra aquello que me había quitado lo más querido de mi vida y le atravesé con la daga sin tiempo de reacción por su parte y sin que nadie pudiera hacer nada, el gnomo caía muerto dentro de su encarcelamiento.
Nadie del pueblo me reprocho por lo sucedido, me dieron un consejo, que antes de ir a Orgrimmar a comenzar una nueva vida pasara antes por el valle de los retos, donde según decían los nuevos reclutas de orco y troll se iniciaban para pertenecer a la “HORDA”.
Allí me explicaron las clases de las que podía a distraerme, y la mejor para mis aptitudes era la de pícaro, la misma que la del asesino de mis padres, pero esta vez en el bando contrario, de ahí volví a Cerrotajo hasta llegar a Orgrimmar. Una vez allí emepecé hacer amistades, incluso conocí a mis primeros Elfos, No-muertos y Tauren, entre ellos a Barreto un No-muerto que me ofreció su ayuda y un clan donde crecer y hacerme fuerte, nos hicimos muy amigos a tal punto que un día de aburrimiento le ofrecí algo fuera de lo normal.
- Oye Barre, ¿nos hacemos unas pajillas? | |
| | | Adjalamita
Cantidad de envíos : 53 Edad : 38 Nacionalidad : Española Pj principal en la Guild : Adjalamita Fecha de inscripción : 05/05/2008
| Tema: XD Miér Oct 01, 2008 7:43 pm | |
| Jajajaja, q punto Turk!
Y Barre, q coño desayunas pa crearte esos lios mentales??? jajaja | |
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| Tema: Re: Historias personales | |
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